Morgan Stanley ajusta estrategia: cree que el peso mexicano y el real brasileño están caros

Dos de las divisas más fuertes de América Latina ya no ofrecen valor, y los analistas del banco recomiendan ajustar posiciones en renta fija con base en esa realidad.

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El peso mexicano y el real brasileño muestran niveles de valoración elevados, lo que ha llevado a Morgan Stanley a redefinir sus estrategias en deuda local y evitar posiciones dependientes de nuevas apreciaciones cambiarias.
09 de septiembre, 2025 | 11:19 AM

Bloomberg Línea — Morgan Stanley (MS) advierte que tanto el peso mexicano (USDMXN) como el real brasileño (USDBRL) se encuentran en niveles elevados de valoración, lo que reduce su atractivo para nuevas apuestas direccionales.

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A partir de esta lectura, la firma propone una rotación estratégica en sus posiciones de deuda local, apostando por movimientos de tasas que no dependan de apreciaciones cambiarias adicionales.

“Nuestros modelos de valoración sugieren que el BRL y el MXN son, en conjunto, las divisas más caras de la región”, explicaron las analistas Ioana Zamfir y Sofía Palacios. El real aún conserva una prima de carry que lo mantiene atractivo para algunos inversores, pero la apreciación acumulada limita el margen de ganancias.

En el caso del peso mexicano, la situación es aún más marcada. “El MXN no incorpora ninguna prima de riesgo”, agregaron las analistas. Ambas señalaron que su fortaleza ha estado impulsada casi exclusivamente por factores externos.

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Frente a este entorno de monedas sobrevaluadas y sensible a shocks externos, el equipo de estrategia de Morgan Stanley propone enfocar las posiciones en instrumentos de renta fija, con una diferenciación táctica entre México y Brasil.

Exposición a tasas, no a monedas

En el caso mexicano, la recomendación es extender duración en instrumentos nominales y mantener exposición en bonos indexados a la inflación, pero evitar apuestas en el tramo corto de la curva.

“Vemos a los receptores en México como una jugada ligada a menores tasas en Estados Unidos, no como una expresión de fortaleza local”, detalló el informe. Esta estrategia se implementa, por ejemplo, mediante posiciones receptoras en TIIE a cinco años, lo cual implica recibir una tasa fija y pagar una tasa variable en contratos derivados, apostando así a que las tasas bajarán y la posición ganará valor.

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Con una tasa terminal ya descontada en torno a 7,00%, Morgan Stanley considera viable una convergencia hacia niveles más neutrales de 6,50%, aunque advierte que ese proceso podría ser accidentado.

La firma recomienda comprar MBonos con vencimiento en 2034, con un objetivo de rendimiento del 8,30%. Se trata de bonos soberanos mexicanos a tasa fija; optar por estos instrumentos de largo plazo implica extender duración, es decir, aumentar la sensibilidad de la inversión ante movimientos de tasas, lo cual es rentable si se anticipa un ciclo de recortes.

También mantiene posiciones en Udibonos al 2031, instrumentos indexados a la inflación. “Los breakevens han visto la compresión más fuerte en la parte media de la curva”, apuntaron las analistas, justificando la preferencia por ese sector. En el contexto actual, los rendimientos reales en México siguen siendo elevados, ofreciendo un colchón atractivo incluso si la inflación permanece estable.

La fortaleza del peso mexicano ha estado impulsada principalmente por factores externos, sin incorporar prima de riesgo, según Morgan Stanley.

En el caso brasileño, el diagnóstico es más cauteloso. Si bien las tasas reales lucen aún más atractivas que en México, el entorno político y la incertidumbre sobre el inicio efectivo del ciclo de recortes han deteriorado el comportamiento de los precios. “Preferimos mantenernos en el tramo nominal, en lugar de los bonos indexados”, afirmó el documento.

Morgan Stanley mantiene su posición en contratos DI con vencimiento en enero de 2029, con un objetivo del 12,75%. Estos contratos reflejan las expectativas del mercado sobre la tasa Selic (la tasa de referencia del Banco Central de Brasil) y funcionan como futuros de tasas de interés. Estar “receptor” en estos contratos significa beneficiarse si las tasas esperadas caen, lo que impulsaría el valor del contrato.

La firma también comienza a ver atractivo en los contratos con vencimiento en enero de 2028, dado su menor riesgo y correlación positiva con los plazos más largos.

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“La probabilidad de que los recortes se adelanten ha aumentado a medida que las sorpresas económicas negativas se acumulan”, explicaron. Aunque el mercado aún no descuenta cortes de 50 puntos base, Morgan Stanley cree que ese tipo de movimientos podrían convertirse en la norma si el deterioro económico persiste.

Ambos mercados presentan tasas reales en niveles históricamente altos, lo que refuerza el atractivo de mantenerse expuesto a la renta fija local, siempre que se eviten posiciones que dependan de una nueva apreciación cambiaria. “Capturar estos rallies requiere paciencia, especialmente dado el bajo nivel de participación extranjera”, reconocieron Zamfir y Palacios.

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