Bloomberg Línea — El oro superó el lunes un nuevo récord histórico al alcanzar los US$3.819,81 la onza, en una jornada marcada por la debilidad del dólar y la incertidumbre política en Washington.
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Se trata del segundo máximo histórico en menos de una semana, con una subida acumulada de 45% en lo que va del año. Sin embargo, más allá de los factores coyunturales, un informe de Deutsche Bank identifica a dos actores que están transformando la estructura del mercado del oro: los fondos cotizados en bolsa (ETF) y los bancos centrales.
Según Michael Hsueh, analista de commodities de Deutsche Bank, el actual repunte del oro responde a un nuevo patrón de demanda institucional que se comporta de manera inelástica. Esto ha generado un cambio estructural en la formación de precios, con efectos más duraderos que los ciclos tradicionales vinculados al dólar o a la inflación.
“El regreso de la demanda de ETF ha sido tan contundente que ahora existen dos formas de posturas agresivas sobre el oro, provenientes de los bancos centrales y los inversores en ETF. Esto ayuda a explicar por qué el oro continúa mostrando un rendimiento muy por encima del modelo”, afirmó Hsueh en un informe.
El papel de ETF y bancos centrales
El análisis destaca que los flujos hacia ETF se ubican entre los tres años de mayor acumulación desde la creación de estos vehículos, a comienzos de la década de 2000. A pesar de que las tenencias totales aún se mantienen por debajo del pico de octubre de 2020 en términos de onzas, el impacto sobre los precios ha aumentado de forma significativa.
“Este año, la demanda de ETF está teniendo una influencia 50% más fuerte sobre los precios del oro, de acuerdo con una regresión semanal univariada, en comparación con el periodo en que los inversores vendían oro entre 2021 y 2024”, explicó Hsueh.
Una de las observaciones más relevantes del estudio se refiere al vínculo entre los precios del oro y los flujos hacia ETF. Aunque la magnitud de la demanda institucional ha sido decisiva en el repunte de 2025, los resultados del test de causalidad de Granger sugieren que estos fondos no lideran los movimientos, sino que responden a ellos.
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“El test encuentra que los precios del oro causan los flujos hacia ETF, y no al revés”, explicó Hsueh. Al aplicar el mismo análisis a otras variables clave del modelo financiero de Deutsche Bank, el informe concluye que “los cambios en las tasas, pero no el dólar, causan los movimientos en el precio del oro”.
Lejos de invalidar el rol de los ETF, el estudio indica que estos actores institucionales tienden a amplificar y sostener las alzas provocadas por un entorno de tasas favorable.
“Creemos que el sesgo expansivo de la Fed sugiere que las tenencias de ETF tienen más probabilidades de aumentar que de caer en 2026”, señaló Hsueh. En ese marco, la demanda inelástica por parte de ETF y bancos centrales se consolida como un factor estructural que refuerza la trayectoria alcista del oro.

Por otra parte, la oferta reciclada (suministro de oro que proviene de materiales ya existentes) y la demanda de joyería han actuado como elementos estabilizadores, con efectos menos significativos sobre los precios. En cambio, la demanda de lingotes y monedas físicas ha mostrado menor sensibilidad al precio, aunque con un peso relativamente menor en la dinámica general del mercado.
Hsueh advierte que, si los flujos hacia ETF se detienen, el mercado podría enfrentar correcciones. “Si la acumulación de ETF está jugando un rol importante en el repunte del oro, también representa un riesgo a la baja si esos flujos se detienen o revierten”, señaló.
El informe concluye que incluso si se acepta la idea de que las tasas y no los ETF lideran el mercado, la narrativa de fondo no cambia de forma sustancial. “Eso implicaría que debemos observar el mercado de tasas como el principal motor, el cual vemos con una inclinación favorable para el oro”, concluyó Hsueh.