La pelea entre ambos líderes rompe una alianza estratégica que se formó durante la campaña presidencial de 2024 y que se selló con la nominación de Musk para dirigir DOGE. — La inesperada pelea entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el magnate sudafricano Elon Musk, quien ya había anunciado su retiro como funcionario especial del Gobierno de EE.UU., ya ha dejado consecuencias económicas y cicatrices políticas que podrían ser difíciles de revertir.
Musk fue uno de los principales perdedores de esta pelea desde el punto de vista netamente económico y del desempeño de sus empresas. Pero, en medio de la lluvia de acusaciones, Trump tampoco ha salido inmune y podría asumir una pesada carga política de cara a sus reformas fiscales.
La pelea entre ambos líderes rompe una alianza estratégica que se formó durante la campaña presidencial de 2024 y que se selló con la nominación de Musk para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental, conocido como DOGE.
“Elon Musk es quien más pierde en este escenario, ya que su influencia dentro del gobierno se ve reducida y eso podría terminar afectando directamente a sus empresas”, dijo a Bloomberg Línea el analista financiero Gregorio Gandini. “Tesla (TSLA) podría verse perjudicada en términos de regulación para vehículos eléctricos, y SpaceX podría enfrentar riesgos en su relación con agencias gubernamentales como la NASA”.
Desde el punto de vista económico, Gandini no ve un cambio significativo en la postura de Trump, especialmente con la nueva ley de impuestos, “lo que continúa poniendo una fuerte presión sobre la deuda”.
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Para entender el impacto de esta disputa, la analista y académica Carolina Urrego dice a Bloomberg Línea que hay que partir de la creciente influencia del sector privado, y particularmente de las Big Tech, en los procesos electorales y en el financiamiento político en Estados Unidos.
“Uno de los aspectos más importantes en esta discusión es el rol que han jugado las plataformas tecnológicas, como X, en la promoción del discurso político del movimiento MAGA (Make America Great Again) liderado por Donald Trump", dijo Urrego. “Muchos analistas coinciden en que el ascenso político de Trump ha estado profundamente ligado al uso —y manipulación— de este tipo de plataformas”.
La relación personal entre Trump y Musk fue tal que este último fue convocado a dirigir una agencia creada específicamente para él, supuestamente para recortar gastos considerados innecesarios.
Sin embargo, sus decisiones provocaron consecuencias “negativas” tanto a nivel interno como externo: despidos masivos y el desmantelamiento de agencias como USAID, lo que generó controversias dentro y fuera del país, señaló Urrego.
El impacto económico de la ruptura

La disputa entre Trump y Musk ya ha tenido efectos visibles en los mercados.
Por ejemplo, el valor de la acción de Tesla cayó más de 13% en un solo día y perdió US$153.000 millones en valor de mercado, afectando no solo el patrimonio personal de Musk, sino también la capitalización de miles de inversionistas.
Carolina Urrego, profesora en Colombia del Departamento de Ciencia Política y Estudios Globales de la Universidad de los Andes, explicó que varios fondos de cobertura “obtuvieron cerca de US$4.000 millones apostando contra la acción de Tesla”, en un movimiento de especulación que muchos veían venir. Esta dinámica podría extenderse a otras compañías vinculadas a Musk.
Las acciones de Tesla se recuperaban este viernes y subían un 5,48% a las 2:30 p.m. ET.
El mercado celebra que la confrontación entre Trump y Musk esté perdiendo intensidad, particularmente porque Tesla y SpaceX dependen en gran medida de subsidios y contratos federales.
En todo caso, Goldman Sachs (GS) recortó el precio objetivo de la acción y las estimaciones de entregas de vehículos para Tesla (TSLA) en el segundo trimestre de 2025, advirtiendo sobre una caída significativa en la demanda en mercados clave como Estados Unidos, Europa y China.
Ante el pulso entre el presidente de EE.UU. y el CEO de Tesla también reaccionaron negativamente las acciones de Trump Media & Technology Group y la criptomoneda vinculada a Trump, lo que mostraría una afectación bursátil generalizada.
¿Quién gana? A corto plazo, la analista dijo que competidores como Volkswagen en Europa o BYD en China tendrían algunas “ganancias cortas”, ya que los subsidios esperados por Musk en EE.UU. no se materializarían.
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En esta pelea, Trump también pierde al romper con uno de sus principales aliados tecnocráticos.
Musk, cuyo patrimonio se contrajo el jueves en $34.000 millones, amenazó con desmantelar la nave espacial Dragon, de SpaceX, que transporta carga y personas a la Estación Espacial Internacional para EE.UU., aunque luego dio marcha atrás, en una movida similar a la estrategia bautizada como TACO, que tanto molesta a Trump, y que significa Trump always chickens out o Trump siempre se echa para atrás.
La amenaza real a la continuidad de este tipo de servicios podría extenderse, incluso, a la operación de Starlink, el servicio de internet satelital de Elon Musk, en distintas regiones del mundo.
Desde el año fiscal 2000, SpaceX y Tesla han recibido contratos federales por US$22.500 millones, según datos de Bloomberg.
En definitiva, dijo Urrego, “en este conflicto no hay ganadores”, pues no gana la democracia, ni la economía.
“El enfrentamiento público entre dos figuras tan egocéntricas en torno a temas de alta relevancia nacional e internacional solo deja perdedores”, dijo. “Además, refuerza la percepción de crisis que hoy se proyecta desde Estados Unidos hacia el resto del mundo”.
¿Fracturas dentro del círculo de Trump?
Más allá de los efectos económicos, uno de los asuntos que más preocupa a los analistas de la pelea entre Trump y Musk es el posible impacto político.
Esta disputa profundizaría la polarización ya existente en Estados Unidos y debilitaría el Estado de derecho.
De hecho, en medio de esta disputa, Musk llegó a publicar una encuesta preguntando si debería fundarse un nuevo partido político en Estados Unidos.
Urrego manifiesta que cuando una figura con tanto poder y visibilidad como Musk lanza ese tipo de preguntas, es legítimo preguntarse si realmente considera avanzar en esa dirección, utilizando sus recursos para alterar el sistema político desde fuera de los canales tradicionales.
“Esta relación tan estrecha y personalista entre Trump y Musk nos lleva a preguntarnos si Estados Unidos se está convirtiendo en una plutocracia; es decir, un sistema donde el poder recae en quienes tienen mayor influencia por su capacidad económica. Esa es precisamente la inquietud que surge al analizar cómo se ha construido la relación entre ambos“, agregó la académica.
La disputa entre Trump y Elon Musk también reflejaría los choques que enfrenta al Gobierno al interior de su mismo partido para llevar a cabo sus proyectos de campaña.
“El gran y hermoso proyecto de ley”, como ha denominado el mismo Trump a su plan fiscal, pretende extender los alivios fiscales adoptados en la primera administración del presidente (2017-2021) y también incluye una serie de promesas de campaña del líder republicano que ahora serán puestas a prueba en el Senado.
Bloomberg indicó que es posible que en el Senado se mantengan las extensiones de los recortes de impuestos implementados durante el primer mandato del presidente, pero que las nuevas medidas fiscales y de gasto sufran alteraciones.
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Esta reciente disputa entre Elon Musk y Donald Trump, particularmente en torno a la legislación fiscal que están promoviendo los republicanos en el Congreso, “refleja las divisiones internas dentro del Partido Republicano y las distintas facciones que han respaldado a Trump hasta ahora”, dijo a Bloomberg Línea Theodore Kahn, director para la Región Andina de la consultora Control Risks.
Kahn ve una diferencia entre posturas fiscales más conservadoras, representadas por algunos senadores y congresistas republicanos, y otras más alineadas con un gasto más expansivo. “Las críticas de Musk sobre el impacto fiscal y el aumento del déficit por esta legislación reflejan esto”.
Estas diferencias podrían trasladarse al debate legislativo y podrían intensificarse en el Senado.
Algunos de los sectores más duros del Partido Republicano, conocidos como ‘halcones fiscales’, están oponiéndose al costo de este paquete legislativo y están presionando por mayores recortes al gasto.
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) proyecta que la nueva ley incrementará la deuda federal total —actualmente superior a los US$36 billones— en aproximadamente US$3 billones la próxima década.
A pesar de la resistencia, Trump celebró en su red social Truth Social que “esta es, posiblemente, la legislación más importante que se haya firmado en la historia” de EE.UU.