Bloomberg Línea — La economía de América Latina ha mostrado un desempeño mejor al anticipado a comienzos del año, pero las proyecciones continúan siendo insuficientes para resolver los desafíos estructurales de la región.
Ver más: Insigneo acelera expansión en América Latina con la compra de cuentas de VectorGlobal
Según Martín Castellano, jefe de Investigación para Latinoamérica del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), si bien el crecimiento promedio está siendo revisado al alza, aún persisten desequilibrios significativos y los países se enfrentan a un riesgo de complacencia por el dólar débil.
“Lo que nosotros vemos este año es una mejora en promedio del crecimiento en la región comparado a lo que estábamos viendo en la primera parte del año”, afirmó Castellano.
A pesar de no contar aún con actualizaciones, los ajustes internos del IIF indican una actividad económica más robusta, sustentada por una dinámica de precios de materias primas mejor a lo previsto y flujos de capital que han respaldado los mercados de deuda.
Castellano resaltó una inflación también levemente por debajo de lo esperado inicialmente, “lo que le ha permitido a los bancos centrales ser un poquito más agresivos en la baja de tasas y apuntalado también a la actividad”.
Aun así, el crecimiento estimado por el FMI para este año es de apenas 2,4%, lo que plantea una situación de estancamiento regional. “La región ya está en esa trampa de crecimiento y no sale. Son niveles de crecimiento muy bajos para las necesidades sociales, de ingresos y de capital que necesita la región”, dijo el economista en entrevista con Bloomberg Línea.
Perspectivas divergentes en Brasil y México
En cuanto a las dos mayores economías de la región, el IIF observa trayectorias diferentes, pero relativamente estables. Brasil, pese a los roces comerciales con Estados Unidos, ha logrado amortiguar el impacto de los aranceles gracias a su estructura económica interna.
“Brasil es una economía más cerrada que otros países de la región. El crecimiento depende menos del comercio exterior. No es una economía que tenga un gran desequilibrio con Estados Unidos”, explicó el experto.
Castellano destacó que varios sectores clave de exportación quedaron exentos de los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump, lo que ha mitigado el efecto sobre la economía brasileña. “El hecho de que el sector de energía esté exento de todo arancel también ayuda”, consideró el analista.
Ver más: ¿En qué invertir en Brasil cuando bajen las tasas? Las recomendaciones de Morgan Stanley
Sin embargo, reconoció que los factores políticos podrían condicionar el margen de maniobra en una eventual negociación bilateral. “El hecho de confrontar Trump a Lula le ha generado cierto apoyo popular adicional. Eso puede complicar un poco la negociación”, sostuvo.
México, por su parte, ha superado las expectativas iniciales. “Nosotros, por suerte, no tuvimos que ajustar demasiado el pronóstico, porque sí esperábamos un crecimiento en México este año cuando muchos analistas pronosticaban recesión”, dijo.
Atribuyó este mejor desempeño a avances clave en las negociaciones comerciales con Estados Unidos y a una postura proactiva del gobierno mexicano. “La política del gobierno mexicano ha sido muy clara y bastante proactiva en cuanto a la necesidad de impulsar negociaciones con Estados Unidos para conseguir el mejor acuerdo posible”, dijo.

La alta integración comercial entre ambos países y los incentivos para el sector privado han sido determinantes. “México está en una situación muy diferente al resto de los países de la región. Tiene una posición de integración económica con Estados Unidos mucho más alta y, por otro lado, una dependencia del comercio exterior también muy alta comparado a cualquier otro país de la región”.
La evolución del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) será un eje central para la estabilidad macroeconómica del país en los próximos trimestres.
Desde el IIF, observan una aceleración en los esfuerzos por renegociar el acuerdo. “La idea es apurar la negociación, que es lo que estamos viendo ahora”, señala Castellano. Aunque admite que el desenlace sigue siendo incierto, destaca que “hay mucho compromiso por llegar a un acuerdo, veremos de qué forma”.
Ver más: Tras décadas de rezago, UBS ve posible una era dorada para los mercados emergentes
Respecto al panorama monetario, Castellano anticipó que la política del banco central mexicano, Banxico, seguirá limitada por la inflación subyacente, que le pondrá un piso más alto a la baja de tasas.
Tensiones fiscales y políticas en los andinos
En Colombia, el deterioro de las cuentas fiscales es el factor más preocupante para el IIF. “El gran desafío de Colombia es el nivel de déficit fiscal al que se ha llegado”, asegura Castellano.

Ese desbalance impone una presión considerable sobre las necesidades de financiamiento y limita el margen para obtener recursos a tasas razonables. Además, la falta de credibilidad complica los esfuerzos de consolidación fiscal, a la que calificó como incierta.
Para el economista, la dinámica cambiaria, influida por la debilidad global del dólar, ha fortalecido al peso colombiano más de lo que sugieren los fundamentos. “Puede tener un impacto en la valoración y claramente creo que maquilla algunas de las cuestiones domésticas, como el déficit fiscal”.
A nivel monetario, a juicio del analista, la posición del banco central permanece alineada con la necesidad de controlar los precios. “Al tener una dinámica inflacionaria bastante más adversa que otros países de la región, el Banco de la República no tiene más opción que mantener una política monetaria bien cauta”, consideró.
→ Suscríbete al newsletter Línea de Mercado, una selección de Bloomberg Línea con las noticias bursátiles más destacadas del día.
En el caso de Chile, la dependencia de las materias primas sigue marcando el pulso de su economía. Castellano resaltó que, a diferencia de otros países, Chile mantiene instituciones más sólidas, lo que le permite aplicar políticas anticíclicas con mayor efectividad.
Perú, por su parte, presenta un contraste entre su estabilidad macroeconómica y su inestabilidad política crónica. Castellano reconoce que es difícil explicar por qué se mantiene esa divergencia, pero destaca que “ha logrado construir instituciones de política fiscal y monetaria muy sólidas y ha contener ciertos procesos de tensión social”.

No obstante, la incertidumbre política ha tenido un costo en términos de crecimiento, pues “el crecimiento potencial también ha caído y ha habido un deterioro en algunas instituciones económicas”.
Mirando hacia adelante, Castellano cree que los próximos procesos electorales en América Latina no derivarán, en general, en virajes drásticos de política económica. “Vamos a seguir viendo congresos muy fragmentados donde pasar legislación para hacer cambios radicales va a requerir negociaciones, ampliar coaliciones, y eso no es tan fácil de lograr”.
La debilidad del dólar
Uno de los elementos que ha contribuido al alivio financiero en América Latina ha sido el debilitamiento del dólar, que ha favorecido temporalmente el desempeño de las monedas locales. Para el economista, este fenómeno no debe interpretarse como un reflejo de mejoras estructurales en las economías de la región.
Ver más: Wells Fargo cree que el dólar débil tiene fecha de vencimiento: ¿qué le espera a Latinoamérica?
“Yo creo que en gran parte se debe a la debilidad del dólar. Los fundamentos en la región no han cambiado significativamente, en algunos casos han empeorado, incluso”, advierte. En su opinión, asumir que esta apreciación cambiaria representa una señal de fortaleza puede inducir a diagnósticos erróneos. “Eso creo que es importante en cuanto al riesgo de generar cierta complacencia”.
Es decir, Castellano considera que sería un error interpretar la estabilidad cambiaria como señal de que las políticas económicas son adecuadas. “Decir ‘no tenemos que hacer más correcciones’ o ‘la política económica actual es la adecuada porque no hemos tenido grandes depreciaciones de la moneda’, es ignorar que los factores externos han jugado un rol clave”, dijo.

El economista del IIF subraya que esta dependencia estructural sigue definiendo el comportamiento macroeconómico de la región e insistió en que la región es altamente dependiente de los factores externos.
“Muchas veces nos quedamos en cuestiones domésticas: la política fiscal, la política misma. Pero al final del día, casi todos los países son altamente dependientes de factores externos”, concluyó.









