Bloomberg Línea — El oro ha vuelto al centro del escenario financiero global. El metal precioso no se cansa de romper récords en 2025 y esta semana superó los US$3.690 por onza, alcanzando un nuevo máximo histórico.
Ver más: ¿Por qué el S&P 500 no para de subir? Claves del rally que impulsa a Wall Street
Su avance, de más del 40% en lo que va de 2025, ha tomado por sorpresa a muchos inversionistas que habían dado por concluido su ciclo alcista. Lejos de agotarse, el rally del oro ha cobrado un nuevo impulso, sostenido por una combinación de factores estructurales que refuerzan su atractivo como activo refugio y componente estratégico de portafolios.
En este contexto, los analistas coinciden en que no se trata de un movimiento meramente especulativo. Las compras persistentes de bancos centrales, la debilidad del dólar y un entorno de tasas reales más bajas han creado las condiciones para una apreciación sostenida del metal.
Al mismo tiempo, el oro ha recuperado relevancia frente a riesgos geopolíticos, la volatilidad de los mercados y las presiones sobre la independencia de la Reserva Federal bajo el mandato del presidente Donald Trump.
Por estas razones, Wayne Gordon, CIO APAC Head of Investment Advisory & Content de UBS, asegura en diálogo con Bloomberg Línea que todavía ven “un mayor potencial de valorización en términos absolutos” para el metal, además de que creen “que mantener oro a largo plazo mejora la relación riesgo-retorno” para los inversionistas.
¿Por qué sube el precio del oro en 2025?
El repunte actual del oro responde a una confluencia de fuerzas que han roto las reglas tradicionales del mercado. A diferencia de ciclos previos, el precio ha subido a pesar de tasas reales elevadas y un dólar inicialmente fuerte, desafiando los modelos clásicos de valuación.
Esta desconexión obedece, en buena parte, a la entrada masiva de compradores estructurales, como bancos centrales de economías emergentes, que buscan reducir su exposición al billete verde y a los activos estadounidenses.
→ Suscríbete al newsletter Línea de Mercado, una selección de Bloomberg Línea con las noticias bursátiles más destacadas del día.
Tras la congelación de los activos del Banco Central de Rusia en 2022, muchas autoridades monetarias comenzaron a cuestionar la seguridad jurídica de mantener una porción tan elevada de sus reservas en dólares estadounidenses o en activos emitidos por el Tesoro, explicó Rukaya Ibrahim, estratega jefe de commodities en BCA Research.
Esta motivación estructural ha desatado una olDoa de compras estratégicas de oro que, según la experta, continuará en los próximos años.
Deutsche Bank destaca la solidez de la demanda oficial como uno de los motores principales. Michael Hsueh, analista de commodities del banco alemán, asegura que esta tendencia, especialmente por parte de China, justifica una prima sobre el valor justo del oro.
Además, según UBS, en el alza también influyen las “expectativas de que la Reserva Federal reiniciará su ciclo de flexibilización por datos laborales débiles, previsiones de debilidad generalizada del dólar y persistentes incertidumbres geopolíticas”. Las menores tasas y la caída del billete verde reduce el rendimiento de los activos en dólares y fortalece el atractivo del oro.
A esto se suma el resurgimiento de los flujos hacia ETFs respaldados por el metal, especialmente tras confirmarse el regreso de Trump a la presidencia.
Ibrahim identifica tres fases en el actual rally: la primera, impulsada por compras oficiales tras la invasión rusa a Ucrania; la segunda, por la incertidumbre política en Estados Unidos; y una tercera aún por materializarse, que vendría por deterioro del ciclo económico.
Ver más: S&P 500 vs. oro: ¿dónde habría sido más rentable invertir US$1.000?
¿Es momento de invertir en oro?
La pregunta que se hacen muchos inversionistas es si todavía hay espacio para entrar en el mercado del oro o si el tren ya pasó. Las respuestas, tanto de estrategas como de instituciones globales, sugieren que aún hay argumentos sólidos para considerar al metal como una opción válida dentro de un portafolio diversificado.
Juan Carlos Artigas, Regional CEO para las Américas y Director Global de Investigación del World Gold Council, asegura que “incluso en niveles récord, el oro sigue demostrando su relevancia como activo estratégico”. Según explica en diálogo con Bloomberg Línea, “el rally está basado en fundamentos.
La Reserva Federal ya ha comenzado a recortar tasas, lo que reduce el costo de oportunidad de mantener oro, mientras persisten las preocupaciones sobre la estabilidad monetaria y los riesgos geopolíticos”.

Para Artigas, el metal precioso “sigue desempeñando un papel fundamental en las carteras: como diversificador, cobertura y fuente de valor a largo plazo”.
Desde una perspectiva táctica, UBS mantiene una recomendación positiva sobre el oro, con una visión “Atractiva” dentro de su asignación de activos global. La firma recomienda una exposición moderada, pero constante, subrayando que el oro mejora el perfil de riesgo-retorno de las carteras, especialmente frente a la incertidumbre en política monetaria y fiscal.
“Vemos al oro en un contexto de cartera donde aporta beneficios de diversificación a largo plazo y de cobertura”, dice Gordon. “Para quienes tienen afinidad con el oro, recomendamos una asignación de un solo dígito medio en una cartera denominada en USD”.
Ver más: Precio del oro en máximos históricos: Deutsche Bank prevé que el rally siga en 2026
Además del oro físico, existen múltiples vías para exponerse al metal. La compra de lingotes, monedas o joyas sigue siendo una forma directa, aunque enfrenta desafíos logísticos y de seguridad.
Otra alternativa son los ETFs que replican el precio spot del oro, como el SPDR Gold Shares (GLD) o el iShares Gold Trust (IAU), que ofrecen liquidez y transparencia.
También existe la posibilidad de comprar acciones de empresas que estén ligadas al desempeño de metal. En América Latina, destacan nombres como Mineros en Colombia o Peñoles en México.
Ibrahim, de BCA Research, le explica a Bloomberg Línea que, en cuanto a la mejor forma de exposición, los ETF suelen tener un rendimiento similar al del oro físico. “Por otro lado, las acciones de minería de oro también son atractivas. Las ganancias de las acciones de minería de oro se deben a una beta alta en relación con el oro”, dice.
“Dado que preveo que el repunte del oro continuará, creo que aún hay margen para que los inversores entren en el mercado del oro. Preveo que el catalizador del próximo gran impulso alcista será una caída de los tipos de interés reales en EE.UU.”
Roukaya Ibrahim Estratega jefe, Estrategia de materias primas y energía de BCA Research
Antes de tener exposición al metal, Artigas cree que los inversores minoristas deben considerar primero el papel que desempeña el oro en una cartera diversificada, así como su propia tolerancia al riesgo y horizonte de inversión.
“El oro tiende a comportarse de forma diferente a la renta variable o los bonos, por lo que ayuda a distribuir el riesgo entre las distintas clases de activos, especialmente en tiempos de incertidumbre”, sostiene.
Ver más: Oro vs. bitcoin: bancos centrales incluirían criptos en sus reservas, dice Deutsche Bank
El analista explica, por ejemplo, que como el comportamiento reciente se ha debido en parte a la incertidumbre sobre la economía mundial, si esta clase de riesgos se disipan, el precio podría experimentar un retroceso. “Por otro lado, si las condiciones se deterioraran, es probable que el oro siga atrayendo flujos de inversión”, añade.
Para Artigas, el oro mantiene una función estratégica sólida dentro de las carteras, especialmente en el contexto económico y geopolítico actual. Ese posicionamiento de largo plazo cobra aún más relevancia si se considera que distintos analistas proyectan un recorrido alcista adicional en su cotización.
¿Hasta dónde puede llegar el metal?
Los analistas coinciden en que el oro no ha agotado su recorrido alcista. UBS elevó su proyección de precio a US$3.800 por onza para finales de 2025 y US$3.900 para mediados de 2026, impulsado por los flujos récord hacia ETFs, compras de bancos centrales y una expectativa de caída en tasas reales.

Deutsche Bank fue más lejos, ajustando su previsión promedio para 2026 a US$4.000, con un rango proyectado entre US$3.550 y US$4.450.
Goldman Sachs ha establecido un objetivo de U$3.700 por onza para finales de 2025 e incluso ha hablado de que podría llegar a US$5.000 a mediano plazo si se mina la independencia de la Reserva Federal.
Según Ibrahim, “hay margen para una fase de consolidación, pero no para una corrección profunda, dada la fortaleza de la demanda estructural”.
Sin embargo, el camino no está libre de riesgos. El principal factor bajista sería un giro inesperado en la política de la Fed, que obligue a subir tasas si la inflación sorprende al alza. También pesa el riesgo de una recuperación fuerte en los mercados accionarios, lo que podría disminuir el apetito por activos defensivos.