Bloomberg Línea — Bank of America (BofA) proyecta un escenario de precios más altos para el oro, el cobre y el petróleo hacia 2026, impulsados por dinámicas específicas de oferta y demanda global. La entidad considera que la combinación de inversión resiliente, capacidad limitada de producción y tensiones geopolíticas generará presión alcista en los próximos dos años.
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El informe destaca que, si bien la volatilidad macroeconómica y los riesgos geopolíticos podrían generar episodios bajistas en el corto plazo, la tendencia estructural para estos commodities permanece positiva.
Michael Widmer, analista de BofA (BAC) Global Research, señaló que la volatilidad de tasas y un dólar más débil “mantendrán al oro respaldado, especialmente si el Tesoro de EE.UU. o la Reserva Federal se ven obligados en última instancia a intervenir y apoyar los mercados”.
Oro a US$4.000
La cotización del oro llegó a US$3.500 por onza en el primer trimestre de 2025, aunque el rally perdió fuerza cuando las compras de inversionistas se moderaron. La demanda de inversión aumentó un 20% interanual en dicho período, mientras que la demanda de joyería cayó 19%, reflejando su alta sensibilidad al precio.

Tras la reducción de la incertidumbre por el Día de la Liberación, los dueños de ETF comenzaron a liquidar sus posiciones, lo que presionó los precios a la baja. Sin embargo, las compras se han estabilizado recientemente, impulsadas por la preocupación de los inversionistas sobre el déficit fiscal de EE.UU. y la debilidad estructural del dólar.
“Los activos bajo gestión (AUM) en ETF, las importaciones de oro de China y las compras de los bancos centrales han impulsado el alza, contribuyendo a la estabilización del metal amarillo”, aseguró Widmer.
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El analista destacó que estiman que los inversores han asignado el 3,5% de sus carteras al oro, un nivel “que no parece excesivo y aún está por debajo de los máximos históricos de 2011″.
Widmer consideró que la volatilidad de las tasas y la depreciación del dólar estadounidense deberían mantener el respaldo del oro, especialmente si el Tesoro estadounidense o la Reserva Federal se ven obligados a intervenir y apoyar los mercados.
En cuanto a precios objetivos, BofA proyecta que el oro se ubicará en US$3.500 por onza en el tercer trimestre de 2025 y alcanzará US$4.000 en el segundo trimestre de 2026:

- T3 2025: US$3.500 por onza
- T4 2025: US$3.750 por onza
- T1 2026: US$3.750 por onza
- T2 2026: US$4.000 por onza
Petróleo: tensiones limitan precios
BofA advierte que los precios del petróleo se mantienen sensibles a las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, particularmente tras los recientes ataques de EE.UU. a instalaciones nucleares iraníes.
Los bombardeos de EE.UU. contra las plantas de enriquecimiento nuclear de Irán en Fordow, Natanz e Isfahan intensificaron las tensiones y elevaron el precio del Brent hasta US$81 por barril.
El analista Francisco Blanch aseguró que “cualquier ataque iraní a la infraestructura energética podría llevar a un mercado petrolero y/o gasífero global más ajustado”.
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Sin embargo, hasta ahora los flujos de crudo y productos en el Golfo Pérsico no se han visto afectados, lo que ha permitido un retroceso parcial de los precios. Blanch recordó que “Irán se ha comprometido a tomar represalias contra los ataques e incluso amenazó con cerrar el Estrecho de Ormuz”, aunque considera que cerrar dicho estrecho sería difícil incluso por unos días.
Desde un punto de vista fundamental, BofA espera que surja un superávit en el mercado petrolero en los próximos meses debido a una demanda más débil y al aumento de la oferta.
El banco prevé que el Brent se mantenga entre US$61 y US$70 por barril hasta mediados de 2026, mientras que el WTI oscilaría entre US$57 y US$66 en el mismo período:

- WTI:
- T3 2025: US$57
- T4 2025: US$62
- T1 2026: US$64
- T2 2026: US$66
- Brent:
- T3 2025: US$61
- T4 2025: US$66
- T1 2026: US$68
- T2 2026: US$70
Cobre: mercado ajustado
En cuanto al metal rojo, BofA destaca que el mercado de cobre se ha estrechado a pesar de las tensiones comerciales globales, con curvas forward en backwardation, lo que implica que los precios al contado son más altos que los futuros, reflejando escasez inmediata de oferta.

El cambio en los spreads temporales ha estado impulsado por posibles aranceles de EE.UU. al cobre y los flujos comerciales resultantes. Widmer explicó que “de hecho, los comerciantes enviaron toneladas a EE.UU. antes de que se aplicaran los aranceles, con el objetivo de vender el metal a un precio más alto después de que entraran en vigor”.
Esto ha reducido los inventarios en la Bolsa de Metales de Londres (LME) y la Bolsa de Futuros de Shanghái, mientras que los stocks en Bolsa Mercantil de Chicago han subido.
Además, el analista indicó que “a medida que el metal ha salido de los almacenes de LME, el stock restante está dominado por tonelajes rusos, que a menudo no son un material ‘deseable’ para los consumidores occidentales. Esto hace que los inventarios sean aún más ajustados de lo que sugieren las cifras generales”.
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La demanda china ha crecido entre 3% y 4% interanual, aunque Widmer advirtió que “si las disputas comerciales se disipan y las autoridades chinas dan menos apoyo a las industrias intensivas en metales, podría haber un bache en la demanda en otoño”.
En cuanto a precios objetivos, BofA proyecta que el cobre se ubique en US$10.000 por tonelada en el tercer trimestre de 2025 y alcance US$9.750 en el segundo trimestre de 2026:
- T3 2025: US$10.000
- T4 2025: US$9.250
- T1 2026: US$9.500
- T2 2026: US$9.750