Bloomberg Línea — El oro continúa desafiando las expectativas del mercado y consolidándose como uno de los activos más resilientes de 2025. En su más reciente informe, Deutsche Bank señala que los factores que han sostenido la escalada del metal no sólo se mantienen vigentes, sino que podrían intensificarse en los próximos trimestres.
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Entre las razones principales, destaca el rol creciente de los bancos centrales, con compras sostenidas muy por encima de su promedio histórico, en particular desde Beijing. A juicio de Michael Hsueh, analista de materias primas del banco, “la demanda oficial de oro continúa a un ritmo cercano al doble del promedio 2011-2021, en gran parte debido a China”.
El reporte también subraya el contexto de política monetaria en Estados Unidos, donde se proyecta una Reserva Federal más acomodaticia, aunque bajo una presión institucional creciente. “Un nuevo episodio de debilitamiento de la independencia de la Fed puede convertirse en un factor alcista adicional para el oro”, advirtió Hsueh.
Este entorno ha llevado a Deutsche Bank a revisar al alza sus estimaciones. La previsión de precio promedio para 2026 se eleva a US$4.000 por onza, frente a los US$3.700 anteriores. Según Hsueh, “el entorno de divisas y tasas sigue siendo propicio para nuevas alzas, mientras que los indicadores de posicionamiento no están estirados”.
El banco sustenta su análisis con modelos ajustados que incorporan el impacto de la demanda oficial, cuyo peso ha sido determinante desde 2022. “Aplicar ese mismo incremento al pronóstico de nuestro modelo para 2026 nos lleva a un promedio de US4.000 por onza”, dijo el analista.
Las posiciones en futuros y ETFs aún muestran margen para expansión, y el modelo sugiere que el oro ha sido sistemáticamente subestimado por las métricas tradicionales.
Aunque el informe identifica ciertos factores bajistas, como la solidez bursátil en EE.UU. o una eventual estabilización en las tasas de interés, la balanza, según Deutsche Bank, se inclina a favor del oro como activo refugio en un entorno de crecientes desafíos estructurales.
La plata se beneficia del déficit físico
En paralelo, Deutsche Bank también eleva sus previsiones para la plata, otro metal que ha ganado terreno en los últimos meses. La nueva estimación se sitúa en US$45 por onza para 2026, frente a los US$40 anteriores, en un contexto marcado por déficits físicos continuados e incremento de inventarios en la Comex.
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“La fuerte performance de la plata está probablemente vinculada al excepcional aumento de inventarios en la Comex este año, que aún no ha remitido”, señaló Hsueh. Parte de este fenómeno podría deberse a su inclusión en la lista de minerales críticos del Departamento del Interior de Estados Unidos, lo cual ha reforzado su carácter estratégico.
La plata acumula cinco años consecutivos de déficit físico, y su comportamiento sigue fuertemente correlacionado con el del oro. “El oro tiende a ser el factor explicativo más fuerte detrás de los precios de la plata, explicando el 53% de su variabilidad”, indicó el analista de Deutsche Bank.
Con fundamentos sólidos tanto desde la oferta como desde la demanda industrial, el banco considera que la plata continuará acompañando al oro en su trayectoria alcista, beneficiándose del mismo entorno macro y de su creciente papel en sectores como la energía limpia y la tecnología.