Bloomberg Línea — La llamada “sonrisa del dólar” ha sido durante años una referencia en los mercados de divisas. Según el planteamiento de Morgan Stanley, el billete verde tiende a fortalecerse en dos escenarios opuestos: cuando la economía de Estados Unidos atraviesa una crisis que activa su rol de refugio o cuando vive un boom de crecimiento que lo hace más atractivo que otras monedas.
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Ese patrón, sin embargo, se ha quebrado en 2025. En su informe FX Insights, BBVA asegura que “el estatus de refugio del dólar ha sido cuestionado, indicando más una mueca que una sonrisa”. El banco añade que “el USD está viendo gradualmente cómo la sonrisa se borra de su cara”.
Este cambio estructural ha coincidido con un renovado interés de los inversionistas en América Latina, donde las monedas han alcanzado máximos de varios meses gracias al carry trade y a la ausencia de shocks inmediatos.
El BBVA recuerda que en 2025 las monedas de la región han “recuperado las pérdidas del tantrum arancelario e incluso, en algunos casos, ha alcanzado máximos de varios meses”. La conclusión es que, con un dólar debilitado y un entorno de volatilidad contenida, la región se ha convertido en uno de los destinos preferidos para diversificar carteras hacia el cierre de 2025.

México y Brasil bajo la lupa
El peso mexicano ha sido una de las monedas más sólidas del año. BBVA subraya que “el MXN se mantuvo como un destacado global en los primeros nueve meses del año gracias al alto carry, baja volatilidad y riesgos limitados por aranceles”.
La entidad proyecta que el tipo de cambio se ubique en torno a MXN$19,10 por dólar a finales de 2025 y que fluctúe entre MXN$19,56 y MXN$19,77 durante 2026. Pese a este buen desempeño, el banco advierte que la renegociación del T-MEC y la caída de las remesas pueden erosionar parte del atractivo.
El real brasileño, por su parte, continúa respaldado por tasas de interés en niveles históricos. El informe señala que “Brasil mantiene tasas de política monetaria en máximos multidecenales, ralentizando el crecimiento con el objetivo de controlar la inflación”.
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Esa estrategia ha sostenido el atractivo del carry, aunque con riesgos asociados a las cuentas fiscales y al ciclo electoral de 2026. BBVA prevé un BRL que podría cerrar el año en BRL$5,48 y moverse el otro año entre BRL$5,40 y BRL$5,66, con una ligera depreciación a medida que el escenario fiscal gane relevancia.
Para ambos países, la paradoja es clara: las monedas se sostienen gracias al atractivo financiero, pero la sostenibilidad de esas ganancias dependerá de factores políticos y comerciales que aún están en juego.
El peso mexicano necesita un desenlace favorable en la renegociación del tratado con Estados Unidos y el real depende de que el debate fiscal no se convierta en una amenaza de largo plazo.

Los países andinos resisten
El sol peruano se destaca como un ejemplo de resiliencia. El informe afirma que “el PEN sigue siendo el ganador silencioso pese a su menor carry, apoyado en baja volatilidad y fundamentos sólidos”.
La estrategia fiscal conservadora y el bajo nivel de deuda pública refuerzan su estabilidad. BBVA proyecta que el sol cierre 2025 en S/3,52 por dólar y que se mantenga entre S/3,50 y S/3,60 en el transcurso de 2026.
En Colombia, la combinación de tasas reales altas y menores primas de riesgo ha reforzado al peso. BBVA indica que “la prima de riesgo ha salido del COP, con el carry como soporte”.
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Según sus estimaciones, el USDCOP se ubicará en torno a COP$4.030 a finales de este año y se moverá hacia COP$4.170 en el primer trimestre de 2026. El atractivo del peso colombiano está ligado a la política monetaria, pero también a la evolución de los precios del petróleo y al tono de la agenda fiscal.
Chile enfrenta un contexto particular por la cercanía de las elecciones de 2025. El informe advierte que “las idiosincrasias seguirán importando de cara al próximo ciclo electoral, con foco inmediato en Chile”.
Aun así, el peso chileno se beneficia de un entorno de tasas reales elevadas y del repunte de los precios del cobre. BBVA espera que el CLP se ubique en torno a CLP$951 por dólar al cierre de 2025 y que se mueva entre CLP$930 y CLP$937 el próximo año.

Argentina en cuenta regresiva
El peso argentino vuelve a ser el epicentro de las tensiones cambiarias en la región. Según BBVA, que no entregó proyecciones específicas para la divisa, “el régimen de flotación administrada que había visto una depreciación gradual del ARS en el tercer trimestre de 2025 se vio bajo presión tras la derrota política del gobierno en la región de Buenos Aires”.
El informe detalla que la administración debió endurecer controles cambiarios y buscar financiamiento externo para sostener la paridad.
La ayuda de Washington resultó clave. “La administración Trump se comprometió con un importante ‘paquete económico’ para apoyar a Argentina”, señaló BBVA, destacando que el Tesoro de Estados Unidos anunció un posible swap de divisas por US$20.000 millones. Este respaldo permitió cierta recuperación del peso, aunque con fragilidad.
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BBVA advierte que “las presiones probablemente continuarán, con el voto en el centro de la atención y expectativas de ajustes”, subrayando que el extremo superior de la banda cambiaria seguirá escalando hacia finales de 2025 y durante 2026.
El banco agrega que “los riesgos de un ARS más débil persisten mientras la acumulación de reservas siga siendo limitada y la credibilidad del régimen permanezca en entredicho”.
La elección de medio término del 26 de octubre es vista como el principal catalizador, que definirá si el mercado conserva la expectativa de un ajuste gradual o si, por el contrario, se acelera una corrección más abrupta.