Bloomberg Línea — El mercado accionario estadounidense podría estar entrando en una fase de mayor amplitud, en la que el repunte ya no dependa exclusivamente de los gigantes tecnológicos.
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Los últimos datos económicos sugieren que la recuperación en Estados Unidos es más robusta de lo previsto y, con ello, la posibilidad de que otros sectores y compañías de menor capitalización comiencen a tomar protagonismo.
Michael Casper, estratega sénior de renta variable en Bloomberg Intelligence, advierte que las señales recientes van más allá del optimismo macro.
“El rally de la renta variable podría finalmente estar listo para avanzar a toda máquina a medida que la economía de EE.UU. recupera impulso, preparando el terreno para una posible ampliación del liderazgo del mercado más allá de las mega-cap tecnológicas”, explicó.
El Producto Interno Bruto al alza captó titulares, pero para los estrategas los datos clave estuvieron en los indicadores de manufactura. El índice PMI manufacturero del S&P regresó a terreno expansivo y los nuevos pedidos se dispararon, dos variables estrechamente ligadas al comportamiento bursátil.

“Las señales más convincentes son el mejor desempeño del PMI manufacturero del S&P la semana pasada y el repunte de los nuevos pedidos esta semana —ambos muy vinculados a la dirección de las acciones y destacados en nuestros modelos de valor justo”, sostuvo Casper en un informe del 29 de agosto.
El S&P 500 selló un nuevo máximo histórico el mes pasado, acompañado de una mejora clara en la amplitud del mercado. Más de dos tercios de sus integrantes se ubican hoy por encima de sus medias móviles de 50 y 200 días, un salto considerable frente a julio, cuando solo la mitad cumplía con ese criterio. Esa dinámica, según Casper, apunta a un repunte más sano y sostenible.
Aunque Nvidia (NVDA) y el sector tecnológico aún concentran una porción significativa de las utilidades del índice, su peso relativo podría disminuir en los próximos años.
“Si bien Nvidia y la tecnología comprenden una parte sustancial de las ganancias del S&P 500, se espera que su influencia disminuya hacia 2026, lo que posiblemente cree espacio para que brillen las small caps y los cíclicos”, añadió Casper.
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Los antecedentes históricos respaldan esta hipótesis. Cuando el índice ISM manufacturero retorna a expansión, el Russell 2000, referencia de las empresas de menor capitalización, ha registrado un avance mediano del 16% en el año siguiente, frente a un 14,3% del S&P 500.
Para Casper, un eventual giro de ese indicador, que ha permanecido en contracción durante buena parte de los últimos tres años, podría ser decisivo para consolidar un nuevo ciclo de liderazgo bursátil.
El debate de fondo es si el mercado se encuentra en la antesala de un “segundo aire” tras años de concentración extrema en unos pocos nombres. “A medida que la influencia de los gigantes tecnológicos comienza a diluirse, el escenario se abre para que otros sectores impulsen el crecimiento de utilidades y la dirección del mercado”, subrayó el estratega de Bloomberg Intelligence.

La IA seguirá pesando
A pesar de las expectativas de una rotación hacia otros sectores, según un informe reciente de Evercore ISI, las acciones estadounidenses podrían registrar un incremento adicional del 20% antes de que termine 2026, impulsadas por el creciente entusiasmo en torno a la inteligencia artificial.
El estratega jefe de renta variable y análisis cuantitativo de la firma, Julian Emanuel, pronostica que el S&P 500 podría alcanzar los 7.750 puntos a finales del próximo año.
En una nota dirigida a clientes, reseñada por Bloomberg, Emanuel destacó que “una revolución tecnológica elevando a las acciones, los múltiplos y a la sociedad hacia nuevas alturas” sería el principal motor de esta subida. Esto representaría un avance significativo desde el último cierre del índice, que ya acumula una ganancia cercana al 10% en lo que va de 2025.
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En su análisis, los estrategas de Evercore subrayan cómo el auge de la inteligencia artificial ha generado resultados empresariales que han superado ampliamente las expectativas del mercado.
Pese al tono alcista del informe, los analistas de Evercore ISI también reconocen una amplia gama de escenarios posibles para el año entrante.
En el caso más optimista, proyectan que el S&P 500 podría alcanzar los 9.000 puntos si se desata una ola de confianza entre consumidores, empresas e inversionistas. Por el contrario, un escenario adverso contempla una caída hasta los 5.000 puntos, particularmente si persisten presiones inflacionarias y se desacelera el crecimiento económico.